VADEMECUM: El Cáncer y Yo
Carta (2) a mis sobrinos:
Amados sobrinos:
«No body taught me how to take care of my body» / Louise Glück (2012)
Yo no vi esa bola venir o como dicen los gringos “I did’t see that coming”. Yo no vi a esa venir. Mi hermana con cáncer avanzado de mama. Ni por un instante lo pensé. Parece que los próximos 10 años podrían ser sombríos. Luctuosos. Pálidos. Mortuorios. Tenues. Y Mamá con Parkinson y Alzhéimer. Ella le dijo a mi hermana, hace par de meses, después de yo estar media hora en frente de ella. ¡Oh, oh y este quién es! Refiriéndose a mí. Como médico no me sorprendí. Mi hice el galeno delante de mis hermanas, mi esposa e hijos. Pero por dentro solo supe que no seré más el recuerdo dorado expresivo de su único y querido hijo amado.
El Dr. Morales, mi maestro de neurología, en el “Hospital Morgan” (Hospital Dr. Luis E. Aybar, creo), me decía que de la única enfermedad que quería que Dios lo librara era de la Enfermedad de Parkinson. Decía que era una enfermedad crónica de padecimientos terribles. Nunca lo olvidé. Y ahora menos. Pues puede que ya lleve el gen en la sangre.
Cuando mi suegra en New York murió de cáncer yo me preguntaba: qué hace que las mujeres, no se cuiden y no vayan al médico, a hacerse un simple chequeo rutinario de mamas, un Papanicolaou y un sencillo examen vaginal para detectar con tiempos los graves canceres silenciosos que las matan de manera fulminante (Cáncer de mamas, de cuello uterino y ovario, saco el cáncer del pulmón para la que ya no fuman o han dejado de fumar). Digo sencillo, porque es más difícil como a los hombres, que para chequéales la próstata hay que meterles “eldeoporelculo”. Las respuestas podrían ser múltiples: miedo, tedio, ignorancia, mala educación o mala concepción de las visitas médicas o ganas de morirse de un tajo o cansancio callado frente a la vida y temor y odio al sufrimiento solitario e interior.
Yo no sé. Pero tenemos que hacer mas conciencia al interior de nuestra familia –de prevención cancerígena- para evitar esos fallos graves de nuestras amadas hermanas, antiguas madres y grandes abuelas. Porque quizás simplemente se trate como ha dicha la poeta Americana Louise Glück (2012) que: “No body taught me how to take care of my body” / Nadie me ensenó como cuidar mi cuerpo.
En mi infancia tenía una hermana querida, me decían, que era la que más cuidados especiales y tiernos me daba; mientras que en mi adolescencia, solo recuerdo una, que cuando venía de la Capital (Santo Domingo), me traía regalos y una sonrisa, y el abrazo grande que se le da con ternura al extrañado hermano que se quiere.
Pero en mi juventud, mientras estudiaba medicina, pobre, en la UASD (Universidad Autónoma de Sano Domingo), con dos muchachos en San Juan, y en una ocasión, con dos mujeres preñadas al mismo tiempo, “Mi Hermana”, se hizo cargo de mi, nunca me hizo muecas, reproches, nunca me puso un pero, nunca se quejó, ¡coño!, cuanto me quiso, y me dejó ser, el comemierda que yo era, para entonces. Sin contar, tres abortos (Más un natimuerto por eritroblastosis fetal), como intelectual estudiante de medicina y liberal cuasi-ateo y marxista, que tuve que hacerles a una de mis queridas. Eso es lo que se llama un verdadero sinvergüenza que yo era. Por eso cuando Mi Hermana me mandó a su hijo preferido a vivir conmigo y se portó malísimo con todos. Yo nunca hice nada. Lo busqué trabajo. Le conseguí residencia permanente en el mismo trabajo. Y no lo mandé a la mierda, porque, ¡coño!, era el hijo de Mi Hermana amada. Cuando pude comprar un apartamento cerca del Malecón en el Residencial Mar Azul (creo), de casi 5 millones de pesos, hice que lo viviera, sin pensarlo dos veces, Mi Hermana, para sacarla de “CasaelDiablo”, para no decir el nombre preciso en donde ESTABA METIDA. Lo perdimos en el proceso porque cariño sin conciencia de economía filial es una perdida. Pero me quedó el hondo sabor del dar y el acto del recuerdo de la reciprocidad. Un deber casi cumplido.
Ahora cuando soy un adulto, siempre soy un rey, cuando llego a San Juan, a ver a todas mis cuatro hermanas. La una, por sus riquezas y comodidades, me trata como su hermano querido más pequeño con el que jugaba en la casa materna y en el parque central de la Independencia. Su ternura y cuidados no tienen imitación. Es dulce, tierna y sincera. Soy su “manito”.
Así ha sido mi trato con sus madres, mis hermanas de mi infancia, adolescencia, juventud y adultez.
Qué nos espera a todos y a todas en la vejez o madurez permanente. No sé, de eso le escribiré en otra carta pero ahora qué podemos todos hacer.
Esto es bien sencillo: Al cáncer hay que extirparlo, curarlo, darle por “la maldita madre” con quimo y radioterapia hasta que sea necesario. Sepan también que nadie se pone a mirar a la muerte sin hacer nada. La naturopatía (Medicina natural y demás yerbas aromáticas del momento, quita cuartos o dólares) es para el sano (¿rico?) y la cirugía (quimo y radio) para el enfermo tumoroso. Bueno, son, las medicinas naturales, una cura para el espíritu, nos dan esperanza y fe, nos alargan “un poquito” la vida pero no nos curan el cáncer. Además, hay que llorar (gritar) y mucho, y rezar y meditar por siempre. Porque esta, Mi Hermana, es una mujer enteramente de fe, y sé que va a vivir por mucho tiempo, hasta que Dios quiera.
A las enfermedades, incluso las demenciales, hay que tratarlas con el mejor tratamiento posible (yo puedo aportar en eso), y luego, en la juventud, a los MACHOS, hay que dejarse meter “eldedoporelculo” y a las mujeres (“especulogía”) dejase abrir las pierna de los doctores y dejarse manosear el pecho, para prevenir y evitar y tratar con tiempo el cáncer de mamas, útero, ovario y próstata.
La buena noticias es que el cáncer, por ejemplo, incluyendo la mayoría de las enfermedades genéticas transmisibles por herencia, el 90-95% son modificables por el ambiente, la dieta (30-35%), el tabaco (25-30%), las infecciones (15-20%), la obesidad (10-20%) y el alcohol (4-6%), entre otras causas desconocidas que suman un 10-15%.
Por eso, a los jóvenes y sanos: a correr se ha dicho, comer menos calorías y nunca fumar. Déjese de vicios, el alcohol incluido. Es decir no se deje engordar y no se dejen poner OBESOS (Ya que tienen la más alta propensión a sufrir de enfermedades cardiacas y del hígado, alta presión arterial y cáncer, infertilidad y derrame cerebral). Recuerden como les dije en la carta anterior, que esas tres cosas, son el MANTRA DE LA BUENA SALUD de acuerdo a quienes he llamado los MUERTOLOGOS: el oncólogo, el cardiólogo y el neurólogo.
Un abrazo y un beso (Ustedes saben que como a mis hijos, incluyendo a los varones, siempre beso a mis sobrinos)
D’Tio Jorge
https://www.facebook.com/groups/DTIOJORGE/
Riverdale-New York-USA, Viernes 28 de Junio, 2013. 9:16 PM. Hoy cumple años mi hija Ivette que ya se graduó de Higienista Dental aquí en los “Nuevayores”. Felicítenla doblemente.
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Por eso, a los jóvenes y sanos: a correr se ha dicho, comer menos calorías y nunca fumar. Déjese de vicios, el alcohol incluido. Es decir no se deje engordar y no se dejen poner OBESOS (Ya que tienen la más alta la propensión a sufrir de enfermedades cardiacas y del hígado, alta presión arterial y cáncer, infertilidad y derrame cerebral). Recuerden como les dije en la carta anterior, que esas tres cosas, son el MANTRA DE LA BUENA SALUD de acuerdo a quienes he llamado los MUERTOLOGOS: el oncólogo, el cardiólogo y el neurólogo.
Muy triste historia, gracias por su motivación para ser mas cuidadoso con nuestra salud, espero todo este en control con su familia a pesar de la adversidad ;-(
Gracias. Todo bien
[…] (9) PSICOANALISIS Y CULTURA (PYC): Psicoanálisis, Escritura, Arte y METAPOESIA. “VADEMECUM: El Cáncer y Yo (Carta 2).”June 29, 2013 by Dr. Jorge Piña, LMHC & LPsyA. http://psicoanalisisycultura.com/2013/06/29/vademecum-el-cancer-y-yo-carta-2/ […]